Una web responsive es capaz de adaptarse a pantallas de diferentes tamaños con un solo sitio web. El sistema detecta automáticamente el ancho de la pantalla y a partir de ahí adapta todos los elementos de la página, desde el tamaño de letra hasta las imágenes y los menús, para ofrecer al usuario la mejor experiencia posible. ¡Parece magia!
En ocasiones, se confunde el responsive con las webs para móviles, pero no se trata de lo mismo. En el caso del diseño responsive, tenemos un solo sitio web que puede adaptarse para dispositivos de todo tipo, desde ordenadores de escritorio con grandes monitores hasta móviles, pasando por tablets y otros. En cambio, crear un sitio móvil implica diseñar desde cero una web independiente, cuyos contenidos y formato están especialmente adaptados para funcionar mejor en dispositivos móviles.
Fuente: https://www.cyberclick.es/